No cabe duda que Estados Unidos es uno de los productores culturales más poderosos del mundo. Desde su gastronomía y su moda hasta los programas de (pseudo)realidad, el país norteamericano se ha convertido en todo un referente para la cultura occidental. Y no podía ser de otra forma en el ámbito médico en el que la vertiente norteamericana del inglés es la predilecta a la hora de redactar, corregir y publicar textos académicos.
A la hora de traducir artículos académicos y de investigación escritos por autores estadounidenses, esta dominancia cultural y lingüística puede causarnos más de un quebradero de cabeza. ¿Quiénes son realmente esos Americans de los que hablan y por qué?
El traductor médico Gustavo A. Silva, en su artículo «America for the Americans» (2008) nos presenta una visión crítica de la común traducción acrítica de «Americans» por «americanos». Dejando de lado el lenguaje inclusivo, cuando un autor estadounidense nos plantea el término «Americans» debemos preguntarnos a quiénes hace realmente referencia.
Desde el punto de vista cultural, y dejando a un lado la traducción médica por un minuto, este es un problema relacionado con discursos dominantes basados en el imperialismo y el capitalismo, así como del propio discurso político de Estados Unidos desde principios del siglo XX. Por tanto, se trata de un problema que no solo atañe a la traducción médica, sino a la configuración de la cultura estadounidense en general.
Como ejemplo de texto relacionado con medicina en el ámbito popular, echemos un vistazo a la siguiente noticia de la CBS:

Aunque el titular del artículo sobre hábitos alimenticios menciona a la población Americans, una lectura detallada del texto completo demuestra que el estudio se ha llevado a cabo en los Estados Unidos de América y no en todo el continente americano.
Este uso de «americanos» para hacer referencia exclusivamente a la población estadounidense se ha aceptado tanto en discursos populares, pensemos en series de televisión y películas, como en textos más especializados. Pero no es correcto. América es mucho más que Estados Unidos.
El socorrido y alternativo «norteamericanos», que también se ve bastante en los medios de comunicación, tampoco es válido, ya que Norteamérica incluye otros dos países: Canadá y México.
Silva propone por tanto una lectura crítica y un proceso de documentación a la hora de traducir «Americans», pues el uso de este gentilicio transmite discursos políticos e incluso imperiales. Y, siempre que haya dudas, debemos referirnos al estudio o texto original para identificar a quién pertenece esa América a la que se hace referencia.
Este abordaje tan teórico no nos sirve de mucho si no podemos aplicar a nuestra práctica profesional, así que: ¿qué podemos hacer ante un Americans?
Os propongo tres estrategias:
- Si tenemos tiempo, siempre será muy útil consultar el trabajo original y comprobar el verdadero alcance geográfico del gentilicio.
- Si estamos trabajando con fuentes secundarias, no encontramos el texto original y tenemos tiempo, podríamos contactar con los autores originales y plantearles la pregunta.
- Finalmente, si ninguna de las opciones anteriores es posible y si el cliente lo permite, podríamos introducir una nota al pie, una opción poco pragmática pero que podría marcar una pequeña diferencia en la descolonización mental y lingüística de América.
Por tanto, si bien es cierto que la traducción de Americans por «americanos» está muy extendida, le debemos a todo el continente americano, rico, diverso y lleno de matices, no presumir que solo existe un país en el territorio por muy dominante que sea su cultura.
Podéis consultar el texto completo de Gustavo A. Silva aquí.
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