Cada traducción y cada especialidad tienen sus trucos y, por supuesto, sus formas, su discurso, su jerga y sus géneros textuales. Pero hay casos en los que el texto requiere ir un poco más allá y, para mí, estos suelen ser los encargos más interesantes, los que más me enseñan y en los que veo de forma más clara a dónde está llegando mi trabajo y cómo estoy contribuyendo. Por eso, hoy quiero hablaros de una de mis tareas de traducción favoritas: la traducción heterofuncional.
¿Qué es la traducción heterofuncional?
Cuando realizamos un trabajo de traducción es muy importante mantener el registro, el nivel, la intención comunicativa, etc. No ocurre lo mismo en la traducción heterofuncional.
La traducción heterofuncional es una forma de traducción enfocada a la divulgación científica que busca adaptar contenido especializado (p.ej., de un artículo de investigación) para un público no-especialista. Como consecuencia, tenemos que realizar una serie de cambios estructurales, lingüísticos y funcionales.
¿Para qué sirve la traducción heterofuncional?
Para divulgar conocimiento, pero también para educar. Aunque la traducción heterofuncional se puede llevar a cabo para medios de prensa especializada, como ocurre muchas veces, por ejemplo, en National Geographic, también es una herramienta imprescindible para sociedades científicas, universidades y hospitales universitarios.
A través de una buena traducción heterofuncional podemos hacer llegar conocimiento muy específico y especializado a un público no-especialista que muy probablemente esté implicado directamente en el proceso médico descrito. Pensemos, por ejemplo, en los folletos y libretos que pueden acompañar a un diagnóstico reciente de diabetes o hipertensión, o en todo el material necesario para la recuperación tras un ictus, un infarto de miocardio, etc.
¿Quién realiza la traducción heterofuncional?
La especialización de cada traductor/a le permitirá desenvolverse mejor en ciertos campos, pero esta especialización es imprescindible a la hora de realizar una traducción heterofuncional, ya que este tipo de textos requieren una comprensión muy profunda del texto, así como de los registros, discursos y estructuras del campo.
¿Por qué es tan importante la traducción heterofuncional?
La traducción heterofuncional es muy importante en el siglo XXI porque puede asegurar el acceso de gran parte de la población a los últimos avances en investigación, además de promover programas y figuras como el paciente activo.
Si bien es cierto que históricamente el conocimiento ha estado encerrado en sus centros de producción (universidades, laboratorios, etc.), cada vez es más importante luchar para que esta información llegue a la mayor parte la población posible. Esta misión es imprescindible en el campo médico, donde es imprescindible que las personas manejen el día a día de sus enfermedades de forma más o menos independiente. Pensemos por ejemplo en la administración de medicación crónica, en el manejo de la diabetes, en la recuperación tras un infarto, un ictus o un parto, etc.
Sin embargo, estos programas de paciente activo no pueden funcionar sin herramientas de enseñanza y aprendizaje que den libertad al paciente con un apoyo continuo.
En plena pandemia de COVID-19 hemos podido comprobar que la comunicación de información fiable y veraz es clave en la modificación de conductas para asegurar la salud individual, pero también la pública. A través de estos materiales, como los cientos de gráficos que la Organización Mundial de la Salud publicó sobre las medidas higiénicas necesarias contra el SARS-CoV-2 (lavarse las manos, no tocarse la cara, etc.) se puede también luchar contra la desinformación y los bulos que tan rápido corren a través de redes sociales y apps de mensajería.
¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de realizar una traducción heterofuncional?
Toda traducción debería tener en cuenta a su público ideal o diana, pues serán estas personas quienes modifiquen sin quererlo de forma indirecta. Sin embargo, esta consideración es especialmente relevante en la traducción heterofuncional ya que su aplicación con contextos médicos puede implicar a pacientes jóvenes, mayores, con algún déficit cognitivo, etc.
También debemos tener en cuenta el género textual y el contexto de consumo. Es decir, no es lo mismo leer un artículo de National Geographic un sábado por la tarde, que volver a casa tras un diagnóstico de demencia. Por tanto, debemos considerar cómo se va a entregar esta información a los pacientes y cómo va a vivir el texto en sus vidas.
Además, es imprescindible tener en cuenta la forma de acceso: no es lo mismo redactar un texto para colgar en una página web, que probablemente se consultará desde un teléfono móvil o tablet, y por tanto debe adherirse a las normas de escritura y lectura en digital, que un texto para un folleto informativo que estará disponible en los puntos de información de institutos o universidades.
Por ejemplo, las recomendaciones para el manejo de la diabetes (p. ej., grupos de alimentos, alimentos permitidos, alimentos a evitar, etc.) probablemente se cuelguen en algún lugar de la cocina y se consulten mucho durante los primeros meses tras el diagnóstico, por lo que nuestro texto debe ser accesible de forma rápida y sencilla. En este caso sería interesante considerar ilustraciones o listas donde la información se presente de forma clara. Por último, aunque esto no sea nuestra responsabilidad, deberá tener una tipografía clara, colores que faciliten la lectura y, si se va a consultar constantemente, estar impreso en un material resistente para que el texto logre su cometido: servir de referencia y ayudar.
Guía breve para una buena traducción heterofuncional:
- Leer y comprender a la perfección el texto original (TO) y llevar a cabo un proceso de documentación exhaustivo. Asegurarnos de consultar cualquier duda con un/a especialista.
- Informarnos sobre el género y la forma del texto meta (TM): ¿A quién va dirigida la traducción? ¿Qué propósito tiene? ¿Dónde se va a consumir? ¿Existen otros ejemplos que podamos consultar?
- Asegurarnos de que podemos resumir el TO. Esto es muy importante porque hará patente cualquier duda que haya pasado desapercibida.
- Documentarse más, si hace falta y prestar especial atención a los cambios que vamos a realizar en el registro del texto. La documentación, siempre que no se nos vaya de las manos a través de búsquedas infinitas en PubMed, siempre está bien.
- Traducir y adaptar el TO. Este proceso se merecería otra entrada, o quizás una tesis doctoral. Conozco a otras traductoras que dividen el proceso en partes (traducción, adaptación) y conozco a traductoras que lo hacen simultáneamente. La complejidad del proceso de traducción es bien conocida y no existen pautas como tal. Eso sí, debemos asegurar siempre la homogeneidad, la coherencia y el registro. Nada de «pirosis» y «ardor de estómago» en el mismo texto sin establecer claramente y sin lugar a duda que se trata del mismo fenómeno.
- Asegurarnos de que se entiende. Pedirle a un/a familiar o amigo/a que no esté familiarizado/a con el texto que lo lea y hacerle algunas preguntas para ver si se entiende, si hay algo que suena raro, etc.
Como podéis ver, la traducción heterofuncional es un campo muy amplio que permite tareas y trabajos muy diversos, desde la divulgación en revistas, sitios web e incluso en las aulas, hasta la guía imprescindible para pacientes a quienes una enfermedad (o una pandemia) ha cambiado irremediablemente sus vidas.
Como traductora y profesora, creo que este es uno de los campos más interesantes de la traducción médica y en el que podemos ver cómo nuestro trabajo tiene un impacto directo.